En la capital, alrededor de 53.000 niños enfrentan problemas de malnutrición. Mi enfoque en la desnutrición infantil se fundamenta en la convicción de que este problema es prevenible y tratable, con un impacto evidente en el bienestar de los niños y el futuro de Quito. La premisa es clara: no podemos aspirar a desarrollar líderes y ciudadanos destacados si los niños, desde antes de nacer, enfrentan un destino marcado por la desnutrición. Los niños son la base de nuestra sociedad y merecen la oportunidad de crecer y desarollarse sanamente. Mi proyecto "Primeras Sonrisas" representa mi aporte  para combatir la desnutrición infantil en nuestra ciudad, promoviendo que los niños crezcan sanos y fuertes, fomentando la lactancia materna, facilitando el acceso a alimentos nutritivos, fortaleciendo la educación nutricional y brindando atención médica. Este enfoque integral abordará las causas y consecuencias de la malnutrición, y creará el camino hacia un futuro más saludable y prometedor para nuestros niños y la comunidad.